El armenio Ararat Agakhayan nunca ha estado nominado a un Óscar y ni
siquiera se dedica al cine, pero fue uno de los grandes triunfadores de la
gala del domingo después de que un joven con una gorra y mandil rojo
apareciese por sorpresa con tres cajas de pizza ante las cámaras del teatro
Dolby.
EFE/ Fernando Mexía
Aquel repartidor anónimo, de nombre Edgar Martirosyan, resultó ser un
empleado de la cadena de pizzerías de Los Ángeles Big Mama’s & Papa’s,
una empresa que Agakhayan, al que todos llaman Aro, creó con su hermano
en la década de 1990 y dirige en la actualidad.
“No tenía ni idea, no estaba preparado. Todo ocurrió de forma natural”,
declaró a Efe este hombre que ayer atendía el teléfono con frenesí en vista
del revuelo que los Óscar han causado en su cadena de franquicias.
El domingo, Agakhayan contempló atónito cómo durante 2 minutos
Martirosyan y la presentadora Ellen DeGeneres entregaban porciones de
pizza de queso y salami a Brad Pitt, Harrison Ford, Martin Scorsese,
Jennifer Lawrence y Kevin Spacey, entre otros. Algunos tan hambrientos
que no dudaron en devorar los pedazos en directo.
En Big Mama’s & Papa’s sabían que los Óscar habían hecho un pedido,
pero el encargo consistía en llevar las pizzas hasta el teatro. Nadie les
advirtió de que formarían parte del espectáculo.
“Fue una decisión en el último instante tomada por ella (Ellen DeGeneres).
Quería sorprender a todo el mundo y que el repartidor saliera en directo”,
explicó Agakhayan, que indicó que DeGeneres es una cliente habitual.
Pedido
Ayer mismo la conocida comediante y presentadora volvió a hacer otro
pedido de pizzas para su programa “The Ellen DeGeneres Show”, reveló el
dueño del negocio.
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