La falta de sueño puede reducir la eficacia de las vacunas, según un estudio reciente.
Investigadores midieron los patrones de sueño de 125 adultos que recibieron el régimen de tres dosis de la vacuna para proteger contra la hepatitis B. Los sistemas inmunitarios de los participantes que dormían menos produjeron menos anticuerpos en respuesta a la vacuna, y pruebas sanguíneas mostraron que no presentaban el estándar de protección contra el virus. Las personas que dormían menos de seis horas por noche tenían casi 12 veces más probabilidades de que la vacuna no confiriera protección que las que dormían más de siete horas por noche.
Solo la cantidad de sueño, no su calidad, afectaba la cantidad de anticuerpos producidos en respuesta a la vacuna.
"Dado que cada vez más estadounidenses se enfrentan a una privación crónica de sueño, estos hallazgos deberían ser una alarma para la comunidad de salud pública sobre la clara conexión entre el sueño y la salud", advirtió en un comunicado de prensa de la Robert Wood Johnson Foundation Aric Prather, experto en salud y sociedad de la fundación en la Universidad de California, tanto en Berkeley como en San Francisco.
El estudio, que aparece en la edición del 1 de agosto de la revista Sleep, es el primero, fuera de un laboratorio del sueño, en confirmar que la cantidad de sueño de las personas afecta su respuesta a las vacunas, según Prather.
"Según nuestros hallazgos y la evidencia de laboratorio, los médicos y otros profesionales de salud que administran vacunas tal vez deban preguntar a sus pacientes sobre sus patrones de sueño primero, dado que una falta de sueño podría afectar la eficacia de la vacuna", señaló Prather.
Según la National Sleep Foundation, los adultos deben dormir de siete a nueve horas por noche.
Aunque el estudio encontró una asociación entre el sueño y la eficacia de las vacunas, no demostró que exista una relación causal.
Solo la cantidad de sueño, no su calidad, afectaba la cantidad de anticuerpos producidos en respuesta a la vacuna.
"Dado que cada vez más estadounidenses se enfrentan a una privación crónica de sueño, estos hallazgos deberían ser una alarma para la comunidad de salud pública sobre la clara conexión entre el sueño y la salud", advirtió en un comunicado de prensa de la Robert Wood Johnson Foundation Aric Prather, experto en salud y sociedad de la fundación en la Universidad de California, tanto en Berkeley como en San Francisco.
El estudio, que aparece en la edición del 1 de agosto de la revista Sleep, es el primero, fuera de un laboratorio del sueño, en confirmar que la cantidad de sueño de las personas afecta su respuesta a las vacunas, según Prather.
"Según nuestros hallazgos y la evidencia de laboratorio, los médicos y otros profesionales de salud que administran vacunas tal vez deban preguntar a sus pacientes sobre sus patrones de sueño primero, dado que una falta de sueño podría afectar la eficacia de la vacuna", señaló Prather.
Según la National Sleep Foundation, los adultos deben dormir de siete a nueve horas por noche.
Aunque el estudio encontró una asociación entre el sueño y la eficacia de las vacunas, no demostró que exista una relación causal.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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