Vistas de página en total

sábado, 7 de julio de 2012

Programas sociales deben dejar orientación asistencialista

• Tampoco están contemplados en la agenda nacional, pese a la importancia que tienen en la vida cotidiana de la población, advirtió Karla Valverde Viesca, de la FCPyS de la UNAM
 
Los programas de desarrollo social no están incluidos en la agenda nacional pese a la importancia que tienen en la vida cotidiana de la población, advirtió Karla Valverde Viesca, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Concebidos como parte de las políticas de desarrollo, deberían apoyar a los segmentos juvenil, de la tercera y cuarta edad, y dejar el corte asistencialista, ejemplificó. No obstante, quienes toman las decisiones privilegian el crecimiento económico sobre el social, y dan por sentado que el primero detonará al segundo.
En un estudio donde la premisa central es determinar un paradigma, la coordinadora del Centro de Estudios Políticos de la entidad encontró que con el devenir de la sociedad, así como el de las funciones económicas del Estado, la noción sobre el desarrollo ha cambiado.
De acuerdo con Valverde Viesca, si antes la noción de progreso estaba sujeta al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), "hoy importa conocer cómo se reparte la riqueza; asimismo, en qué segmentos se concentra y si hay desigualdades. Es decir, ahora podemos resaltar los indicadores del desarrollo desde un aspecto humanista", indicó la politóloga.
"Debiera concebirse en términos de menores índices de pobreza y desigualdad, disminución en las brechas de la concentración de la riqueza, mayor calidad en la alimentación y en la nutrición de los habitantes, así como en la educación. Si se miden esos indicadores con detenimiento, no siempre se obtienen saldos de progreso o mejoría social", explicó.

Desarrollo social
Respecto de la definición del concepto desarrollo social, la especialista reportó que en México aparece en los discursos de los pensadores positivistas del siglo XIX. Más adelante se encuentra en los planes de gobierno del discurso político, concretamente en el periodo cardenista, vinculado a la planeación, al Plan Sexenal. Después, hacia los años 70 se halla vinculado a un programa de gobierno.
En cuanto al contexto internacional, se acuña como un concepto político-social al término de la Segunda Guerra Mundial que derivó en la geopolítica, una nueva distribución política y económica del mundo.
Entonces se empiezan a conformar los organismos internacionales que fomentan la idea del desarrollo –el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID)–, incluso el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En opinión de la académica, se hace obligatorio preguntar si antes no era tema prioritario el desarrollo social: "¿No había pobres? Por supuesto que sí, lo que pasa es que no eran parte de la agenda, y lo son en el momento que los índices aumentan a niveles de escándalo, o si se profundiza la desigualdad".

Asistencialista
De modo que en el discurso mexicano aparecen, en concierto con la evolución internacional, la noción de desarrollo asociada a ciertos ámbitos, aunque de corte asistencialista.
Recientemente la sociedad ha asistido a un cambio de la práctica gubernamental en este ámbito: "Mientras que la función económica y de desarrollo en el modelo tradicional estuvo a cargo del Estado, el modelo neoliberal plantea un retiro de esa función y una corresponsabilidad de la sociedad".
Lo que aparece ahora en el panorama nacional son políticas sociales que han tendido a ser asistencialistas o focalizadas, pero el gran problema es que no hay una estrategia de desarrollo que integre a la social. Alentar la incorporación de esos conceptos a los planes es el gran reto, concluyó la politóloga.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario