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miércoles, 9 de mayo de 2012

Alargar distancias en el bus es expandir cinturas

Ojo.... mucho ojo

Ese largo desplazamiento podría resultar nocivo para su salud

 Un estudio halló que a medida que se alargaban las distancias, las cinturas se expandían y los niveles de forma física se reducían

 
Imagen de noticias HealthDay
 Ahora, hay otro motivo para detestar ese prolongado desplazamiento.
Una investigación reciente halló que mientras más tarda en conducir entre su casa y su trabajo, menos probable es que haga ejercicio, más se amplía su cintura y más empeora su salud cardiaca general.
Los hallazgos provienen de un estudio de casi 4,300 empleados de ciudades de Texas cuyo tiempo diario de desplazamiento se comparó con sus probabilidades de tener varios factores de riesgo de salud.
"Estudios anteriores han observado la conducta sedentaria, como ver televisión, y el tiempo total que se pasa en la conducción", señaló la autora líder del estudio Christine Hoehner, profesora asistente de la división de ciencias de salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis. "Pero deseábamos observar específicamente la distancia del desplazamiento, dado que es una parte importante de la rutina diaria de las personas".
"Lo que hallamos... es que los desplazamientos largos pueden disminuir el ejercicio y se asocian con hipertensión, un mayor peso y niveles de aptitud física generalmente más bajos", señaló Hoehner. "Esto podría tener mucho sentido, porque es extremadamente intuitivo. Pero de cualquier forma sugiere que los desplazamientos más prolongados en realidad están afectando la salud de las personas".
Los hallazgos aparecen en la edición de junio de la revista American Journal of Preventive Medicine.
Según los investigadores, el número de empleados que conducen al trabajo en un coche privado se duplicó y más entre 1960 y 2000, al pasar de más de 41 millones a casi 113 millones. La distancia promedio recorrida para llegar al trabajo también ha aumentado en los últimos años, de poco más de 14 kilómetros (casi 9 millas) en 1983 a más de 19 kilómetros (más de 12 millas) en 2001, señalaron los investigadores.
El nuevo estudio se enfocó en adultos texanos que vivían en las regiones de Dallas/Fort Worth o Austin.
Ningún participante tenía antecedentes de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular (ACV) o diabetes, ni estaba embarazada. Todos tenían trabajos que requerían de algún tipo de desplazamiento.
En algún momento entre 2000 y 2007, todos los participantes se sometieron a exámenes médicos integrales, que incluían carreras en cintas caminadoras diseñadas para evaluar su aptitud cardiaca y pulmonar. También reportaron su nivel diario de ejercicio durante los tres meses anteriores al estudio.
El equipo halló que las personas con los desplazamientos más largos también tendían a hacer menos ejercicio que los que tenían desplazamientos cortos. También tenían niveles más bajos de aptitud cardiorrespiratoria, un índice de masa corporal (una medida de la grasa corporal que se basa en la estatura y el peso) más alto, una cintura más ancha y una presión arterial más alta.
Específicamente, los desplazamientos de 16 KM (10 millas) o más se relacionaron con niveles más altos de presión arterial, mientras que los de 24 KM (15 millas) o más se relacionaron con mayores probabilidades de obesidad y menores probabilidades de cumplir con las recomendaciones de actividad física de salud pública, halló el equipo.
Esas tendencias no desaparecieron ni siquiera después de que los investigadores tomaran en cuenta el tiempo que se pasaba haciendo ejercicio, lo que sugiere que hay algo en el desplazamiento en sí (además de su impacto sobre unas tasas decrecientes de ejercicio) que resulta nocivo para la salud cardiovascular.
"Esto sugeriría que los conductores de largas distancias queman menos calorías en general, incluso si hacen la misma cantidad de ejercicio que los que conducen distancias más cortas", comentó Hoehner. "Aunque no lo medimos, el estrés es también un mecanismo posible, sobre todo si los que hacen desplazamientos se enfrentan a congestión de tráfico".
¿Qué se puede hacer? "Las personas pueden mudarse más cerca del trabajo o cambiar de trabajo... lo que significa que desplazarse en coche es distinto de otros tipos de conductas sedentarias [malsanas] que son más modificables, como ver televisión", apuntó Hoehner.
"El mensaje es que las personas deben hallar formas creativas de incluir actividad física en su día", aconsejó. "Y eso podría ser tan sencillo como caminar más, siempre que pueda. Eso podría ser factible si las oficinas fomentaran pausas de actividad física durante el día, y quizás incluso horarios flexibles de forma que las personas puedan desplazarse al trabajo fuera de las horas pico".
Un experto aseguró que la actitud es importante para aumentar las tasas de ejercicio.
Para las personas ocupadas "la clave es que el ejercicio no las intimide", comentó el Dr. Bryan Henry, profesor de medicina del Centro Médico de la Universidad de Minnesota en Rochester, Nueva York.
"Después de un desplazamiento de una hora del trabajo a casa, nadie salta a una elíptica", lamentó Henry. "Pero unos periodos cortos de ejercicio pueden funcionar. Eso podría significar caminar más desde el aparcamiento, o hacer caminatas de 10 minutos siempre que se pueda. Esto puede acumularse fácilmente al equivalente de una caminata a paso vivo de 40 minutos".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Christine Hoehner, Ph.D., assistant professor, division of public health sciences, Washington University School of Medicine, St. Louis, Mo.; Bryan Henry, M.D., assistant professor of medicine, University of Rochester Medical Center, Rochester, N.Y.; June, 2012, American Journal of Preventive Medicine

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